La primera cosa que me vino a la
mente a la hora de iniciar este blog, fue una secuencia de tres preguntas que,
según mi percepción, debían tener respuestas apropiadas que justificaran
el tiempo que demandaría mantener este espacio “con vida”.
La pregunta inicial fue ¿qué siento necesidad de
transmitir?
Pregunta que, a poco de andar, descubrí como de
difícil respuesta por lo menos en sus aspectos comunicacionales, ya que
generalmente, nuestros profesores y maestros, no nos enseñaban a “ponerle
nombre” a nuestros sentimientos y emociones; más bien, todo lo contrario.
Ese mecanismo -que invisibilizaba nuestro sentir-
estaba habilitado con la práctica cotidiana y parecía expresar una idea que
consideraba “más prudente” esconder, disimular y reprimir tales aspectos, con
lo cual se fortalecía la idea que lo “correcto” era mostrar solo “lo que
pensábamos” (aunque en el fondo de nuestra conciencia, esto estuviera lejos de
lo que sentíamos).
Así que, volviendo al tema, debo reconocer que
aquello que deseo transmitir fue un pequeño trabajo de investigación en lo
personal para no errar el enfoque, su contenido y su forma.
Surgió así una simple respuesta: siento
la necesidad de poner a disposición en este blog, información -surgida de
experiencias personales y grupales- vinculada con una búsqueda constante y
progresiva de respuestas a determinadas preguntas sobre temas: nunca claramente
expuestos, nunca sinceramente admitidos y nunca valientemente aceptados por
nuestra sociedad. Al hablar de “nuestra sociedad” me estoy refiriendo
específicamente, a la sociedad cordobesa, dentro de la sociedad argentina y en
un marco temporal que va desde década del ‘60 (donde me empecé a dar cuenta de
algunas cosas) hasta nuestros días (en donde, por momentos, no sé si es
saludable darse cuenta de tantas otras).
Estos temas, múltiples y variados, estarán todos
orientados a aumentar los recursos a nuestro alcance para obtener, como
personas, una ubicación más precisa que nos permita ser partícipes responsables
de un proyecto común en donde, el camino que vayamos recorriendo, lo podamos
vivir como más constructivo, más sostenible y más cierto.
La segunda es ¿a quiénes?
Esta respuesta es más corta y concreta: este blog
está dirigido a todas aquellas personas que se saben inquietas y poseen ese “fueguito interior” que –a manera de molesto moscardón- los aguijonea
cotidianamente en la búsqueda de respuestas a tantas preguntas que solo parecen
importarnos a cada uno, pero que -en realidad- nos importa a muchos (¡menos
mal!).
La última de la serie ¿para qué?
Finalizando, diré que el propósito de
este espacio es intentar poner en contacto a “los afines” –en actitudes,
valores, propósito, intencionalidad- para permitirnos intercambiar
“experiencias de vida” que nos faciliten la tarea de ampliar nuestra mirada
sobre los distintos aspectos de esta compleja realidad global en la que hoy
estamos insertos.
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