sábado, 9 de julio de 2016

Claudio A. Gallardo


Mendiolaza (Córdoba), 9 de Julio de 2016

Después de 72 hs invertidas en acomodar mi sentir, he decidido escribir estas líneas.

El día 6/julio/2016, en algún momento incierto de la madrugada, falleció un amigo.

Cuando me enteré, quedé desconcertado y tardé en darme cuenta qué había sucedido. Por supuesto no surgió ningún tipo de análisis pues no se trataba de actividades intelectuales, sino de acomodar sentimientos.

Hoy siento la necesidad de escribir, pues me di cuenta.

Me dí cuenta que:
- Un amigo es una parte íntima, indescifrable, de cada uno (y Claudio era un amigo)
- Es muy difícil valorar en su justa medida, aquello que es importante, pues suele pasar que dicha valoración escapa a nuestras posibilidades presentes. Nunca a las futuras. Sobre todo cuando ese amigo era un ser importante dentro de un equipo cuya finalidad era construir conocimiento (y por lo tanto fortalecer lazos y sentimientos). 
- La valoración es imposible en una primera instancia. El tiempo siempre tiene la última palabra.
- Cuando además, ese amigo era una persona sin intención de "venderse a si mismo" (aunque tuviera recursos de sobra para hacerlo) tal valoración se convierte en una empresa imposible. No hay fórmula para valorar lo que significa un ser humano, ni hay fórmula para "calcular" cuánto se pierde cuando alguien valioso para nosotros se va.
- Solo se siente un vacío, que debe ser llenado con acciones y proyectos representativos de los sueños compartidos que no pudieron ser realizados en su momento. 
- La memoria, el sentir y la coherencia reclaman dichos esfuerzos, pues la vida es un proyecto unitario y colectivo (no hay ningún tipo de contradicción en esto).
- El "presente realizado" debe ser consecuencia del "futuro soñado" (y con Claudio-Adriana logramos construir sueños que están plenamente vigentes).

Por lo tanto, me sumo a esta propuesta de reconstruirnos (en el camino de las utopías vigentes) y de sumar tanta energía como sea posible en un proceso que -por ser de decisión individual- no deja de ser, en el fondo, colectivo.

En memoria de Claudio A. Gallardo Loyola
Soñador de utopías, constructor de realidades
Quien siguió su camino el 6/7/2016
Amigo, profe, socio, colega y pilar de muchos de  nosotros que lo extrañaremos
La vida sigue siendo un proceso continuo, indetenible
¡¡Hasta siempre amigo!!!