Emblema Internacional de Protección Civil, tal
como se define en la constitución de la Organización
Internacional de Protección Civil.
Hoy 23 de Noviembre
es el día de la Defensa Civil.
Investigando un poco
sobre el origen y significado de esta efeméride surgieron algunas preguntas
que deseo compartir pues, como siempre, el uso que hacemos del lenguaje y el
significado que asignamos a las palabras suelen aclarar y generar conocimiento o
confundir y provocar sopor mental. Sopor, que se contrapone con el anhelo de un
tipo de comunicación interpersonal que favorezca y haga progresar el
pensamiento crítico, pilar de una sociedad madura, responsable, comprometida.
Digo esto con el
deseo de no perder de vista el origen y etimología de ambos términos que, por
su alto valor individual, si al reunirlos lo hacemos degradando sus
significados originales, degradamos finalmente la unión de éstos y por lo tanto
su conceptualidad, la cual creo necesaria mantener como referencia.
La civilidad ¿qué incluye? y la defensa ¿qué significa?
Por alguna extraña causa
el término civilidad tiene dos
significados. Uno actual y otro en desuso. El actual se refiere a
“sociabilidad, urbanidad” y el que se encuentra fuera de uso “miseria,
mezquindad, grosería”. Por lo cual lo civil quedaría relacionado con la persona
como sujeto social-urbano o con la persona como sujeto generador de miseria,
mezquindad y groserías.
A su vez, con
relación al concepto de defensa, de entre
sus muchos significados rescatamos dos que parecen completar un marco simple
para el análisis. Por un lado significa amparo o protección; por otro lado se
vincula a cualquier instrumento que permite a alguien defenderse de un peligro.
La pregunta que
aparece entonces es “¿De cuáles peligros debemos defender a la civilidad para
lograr un resultado que pueda denominarse defensa
civil?”
La defensa civil está relacionada generalmente
con el concepto de protección civil, el cual -según la OIPC (Organización
Internacional de Protección Civil)- es: “el sistema por el que cada país
proporciona la protección y la asistencia para todos ante cualquier tipo de
desastre o accidente, así como la salvaguarda de los bienes del conglomerado y
del medio ambiente”.
Debemos agregar –para
mayor claridad- que este concepto surge en el Protocolo 1, anexo del Tratado de
Ginebra (1949), lo cual deja claro que se refiere a la “protección a las
víctimas de conflictos armados internacionales” y que su idea es complementar
las tareas humanitarias de la Cruz Roja (1863). Por extensión, el concepto de
defensa civil se relaciona con aquellos
aspectos vinculados al apoyo que se le
suele dar a poblaciones que habitan zonas vulnerables para hacer frente a
determinados desastres naturales o andrógenos (provocados por el hombre).
Estamos en
condiciones entonces de hacer una comparación entre conceptos y significados:
Concepto
|
Uso Reactivo
|
Uso
Preventivo
|
Defensa
|
Instrumento
o acción que permite defenderse de un peligro
|
Amparo,
protección
|
Civilidad
|
Miseria,
mezquindad, grosería
|
Sociabilidad,
urbanidad
|
¿Por qué hablamos de
uso reactivo y de uso preventivo? Porque son dos visiones opuestas de la misma
realidad. O una u otra. El tema es elegir cuál de los dos es el mejor en cuanto
a eventuales resultados. Cuál de los dos puede favorecer lo sostenible y cuál
no.
El primer uso está caracterizado
por acciones cuya finalidad inmediata es contrarrestar los efectos adversos,
mientras que el segundo presupone manejar causas, evitando o intentando evitar tales
efectos. El primero habla de acciones para resolver un problema circunstancial.
El segundo de acciones para evitar que aparezca el problema.
Los peligros que
puedan amenazarnos provenientes de la miseria o mezquindad que pueda existir en
nuestro medio, no dejan de ser efectos lógicos y “naturales” de un sistema
incoherente, desarticulado, ineficiente y no solidario del cual parecería que
debemos defendernos en vez de sentirnos protegidos por él.
En cambio el amparo o
protección de la sociabilidad y de la urbanidad, representaría una inteligente
acción preventiva que –a través de planes apropiados- permitiría despejar del medio,
progresivamente, los peligros y amenazas.
Amparar y proteger la
sociabilidad y la urbanidad serían entonces acciones propias de políticas de
Estado orientadas a mejorar sustancial y verdaderamente la calidad de vida de
nuestra gente.
Es nuestra la
elección ¿seguimos contrarrestando efectos o aprendemos a manejar causas?