sábado, 22 de septiembre de 2012

Premisas del Aprendizaje (II)



Continuación...
Hace un par de días, conversando con un amigo y colega sobre la entrada “Premisas del Aprendizaje”, me dijo -no sin cierta preocupación y tratando de ser lo más preciso posible en la presentación de su idea- lo siguiente: “Creo que lo que vos decís ahí, destruye la autoridad de los maestros”. Se refería a la primera proposición que expresa: Nunca lo que diga un maestro debe ser considerado como cierto. Nunca!

Obviamente su percepción me impactó, pues venía de una persona de la cual doy fe de sus sanas intenciones, de su inclinación por el estudio y de su voluntad constructiva. A su vez, esta situación me llevó a pensar que quizás no había sido todo lo claro que había supuesto en la descripción de mis ideas.

Así que, a raíz de esta conversación (¡la cual valoro!), aproveché para escribir esta
“continuación del tema en cuestión” con la intención de arrojar un poco de luz sobre el mismo. 

1. En principio debo decir que finalidad de dichas premisas es aportar conceptos que permitan facilitar la generación de pensamiento crítico en las personas, de manera independiente de la función que éstas pudieran cumplir dentro del proceso de aprendizaje o de enseñanza-aprendizaje.

2. Dichas premisas no se circunscriben –de ninguna manera- al ámbito docente oficial, por lo cual el término maestro no debe confundirse con el de docente, profesor, “seño”, etc. sino más bien con el de toda aquella persona que esté en condiciones de “enseñarnos” algo que nos permita ampliar nuestra mirada sobre algún aspecto de la realidad. Yendo un poco más allá, podemos expresar que nosotros mismos podemos ser aprendices y maestros alternativamente en aquellos casos en que investigamos o estudiamos algún tema en particular ya que, en un momento dado, nos decimos cosas y en el momento subsiguiente nos contradecimos, en un proceso dialéctico que nos permite arribar a una síntesis. El maestro, en este caso, representa a quien “responde o nos dice algo” y el aprendiz o estudiante a quien “pregunta o cuestiona ese algo”.

3. Las premisas expresadas en la mencionada entrada, componen una secuencia que permite expresar unas bases para agregar calidad y valor al proceso de “estudiar o investigar”, por lo que no deben ser consideradas como recetas o fórmulas aisladas unas de otras. El conjunto expresa la idea y cada una hace su aporte.
 
4. Cuando se dice que no se debe nunca considerar como cierto lo que dice un maestro, estamos dando pie para decir a continuación –como parte de la misma ideal- “Lo que afirme solo puede ser cierto para él, pues se supone que lo ha corroborado. Para mí (persona, alumno, estudiante) solo debe ser una hipótesis que tendré que corroborar o validar. Con lo cual estamos diciendo que cada uno debe desarrollar aquellos atributos propios del pensamiento crítico como: claridad, exactitud, precisión, lógica, relevancia, profundidad, etc. en vez de creer dogmáticamente en lo que el maestro expresa.

5. Y llegado a este punto, con respecto al concepto de autoridad, deberíamos decir que el desarrollo del pensamiento crítico en los alumnos fortalece la relación maestro-alumno en vez de debilitarla. Las personas que aprenden y descubren “cosas” se sienten agradecidas a quienes le ayudaron. No así quienes se sienten obligados a aceptar “dogmas educativos”.

6. La autoridad de un maestro puede estar fundada en el respeto o en el temor. La primera se logra a través de un proceso que facilite la producción de libre pensamiento en el alumno de manera tal que pueda ampliar su comprensión de la realidad; la segunda solo a través del dogma.

7. Quizás, la máxima capacidad de un maestro sea aquella que orienta a sus alumnos a descubrir cuál es el lugar en el mundo de cada uno y cuáles sus verdaderas vocaciones, a la vez de aportarles herramientas (conceptuales, metodológicas y prácticas) que le faciliten el camino hacia dichos logros.

Amigo, por ahora ¡esto es todo! Espero que podamos seguir nuestro rico intercambio con menos escritura y más oralidad.

2 comentarios:

  1. Muy bueno.
    Susana Herrera

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    1. Me alegro que te haya gustado. Seguimos en contacto! Saludos (PD: ¿nos conocemos?

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